10/1/10

ALGÚN DÍA AGUANTAREMOS 90 MINUTOS

SIGUE MEJORANDO EL JUEGO
GOLES DE MANU Y CARLITOS

Muy buena primera parte en la que GP3 fue superior a Bufalá, ganando por dos goles y un par de ocasiones clarísimas, aunque lamentablemente otra vez desarrollamos buen juego, correcto posicionamiento y nos mostramos muy superiores hasta que, de pronto, llega el bajón físico general, acompañado de distensión, miedo y goles en errores gravísimos.
Tenemos un equipazo, estoy harto de que los contrarios, después de ganar el partido, me digan esto. Espero al nuevo entrenador para que intente corregir la "muerte súbita" que sufre nuestro juego a los 40 minutos más o menos, y así hasta el final.

Cierto es que antes de partido Castro se lesionó, Bordas no aguantó el partido, Keko se mantuvo como podía y Marc P. se agotó. Los turrones están todavía en el intestino grueso de nuestros jugadores. El miércoles próximo tomarán la primera purga de la temporada y... no lo duden... mejorarán físicamente. Con las posiciones ya lo hemos hecho. Con los pases bastante. Faltan cuatro cosillas y el tono físico, y sólo quedan dos semanas.

 Un par de graves errores provocaron sendos goles en contra en escasos minutos, sin que ello empañe la buena labor individual de jugadores como Carlitos (sensacional en el pase y la visión de juego), o de Manu (fuerte, luchador y eficaz), y Claudio que ya se entona mostrando destellos de buen jugador. Hoy la mención especial se destina a Victor Avilés que nos recuerda aquel jugador que se anticipaba, recuperaba y montaba contras mortales. Los obligados cambios en la reanudación, en posiciones poco adecuadas, para Elías o Maestre no permitieron desarrollar sus mejores capacidades.

Si hubieramos mantenido el tono y juego de los primeros 30 minutos durante todo el partido, el resultado hubiera sido de escándalo a nuestro favor. Sin capacidad para atacar con más efectivos (Bordas excesivamente retrasado) la eficacia de Manu o Claudio en la conducción no obtiene apoyos suficientes para el último pase. Dejamos muchos espacios, fruto del cansancio y de la escasa recuperación de posiciones, entre zonas de ataque y defensa (el medio campo es un erial), lo cual obliga a un sobreesfuerzo en defensa que se ve continuamente exigida. A partir de ahora, quién no tenga fuerza que asuma su incapacidad y permanezca en su posición, pero no se puede dejar la defensa en inferioridad siempre.



El público, punto y final 
Decía que Bufalá no es mejor que nosotros, a pesar del resultado, pero su público ejerce una presión sobre árbitro y jugadores de manera contínua y machacona (con megáfono incluido), que no deja de intimidar, sobre todo al colegiado quién expulsó al entrenador contrario y después le permitió agredir a un jugador del GP3 en el banquillo. Atención al detalle: entrenador ya expulsado permanece en el campo y, tiempo después, se dirige al banquillo contrario agrediendo a un jugador suplente. El árbitro lo ve y no dice nada, ni interviene. Minutos antes del final, un día de crudo invierno, son casi las 6 de la tarde y no se ve nada, las luces del terreno permanecen apagadas y se llama la atención del árbitro para que se enciendan los focos... esta educada y lógica petición se considera un insulto y suscita las iras del público y de los responsables del Club.

Dónde está aquello que se llama "fair play", juego limpio (es una expresión utilizada para denominar el comportamiento leal y sincero en el deporte, en especial fraterno hacia el contrario). Si perdemos esta característica, o si fomentamos desde los banquillos, sobre todo desde los técnicos el comportamiento violento, se acaba el fútbol base. No se puede reclamar paz y concordia a quien siendo responsable de comportamientos, intenta agredir, a quien considera que fumar un cigarrillo en lugar prohibido tiene la misma gravedad que pegar a un semejante. Alguien debe borrar estos personajes de los campos de fútbol... o hacerles una prueba de aptitud (sugiero un "carnet de sentido común"). 

No hay comentarios:

Publicar un comentario